BOB BANNER
Situación: caminas por la calle, tranquilamente, a tu bola y, a lo lejos, ves una figura que te resulta conocida. Tan conocida como que pertenece a un conocido tuyo, nada de amigo, nada de familiar. Lo más cercano a ti es el cruce de dos palabras de cortesía... Vamos, un conocido, coño. Al llegar a tu altura se sucede esta conversación:
- Conocido: ¡Coño, Rober, estás más gordo!.
¿Mola el saludo, eh?. Una fórmula de cortesía putamadre, ¿que no?. En ese momento una imagen pasa por tu mente: tu cara contrayéndose, adquiriendo un tinte raro, una mueca de furia desmesurada, tu puño bajando a velocidad supersónica sobre la cabeza del capuyo este y aplastándosela (total, con lo capuyo que es no va a echar en falta nada)... Vamos, una imagen como esta...

Pero luego piensas: pobrecito, si es que no le quiere nadie y se tiene que petar al osito de peluche de su hermana para sentir que le dan algo de amor... Pones buena cara, dices algún chascarrillo que le descoloque un poco y con la fórmula de cortesía para las despedidas "bueno, me tengo que ir que tengo prisa" que, en realidad quiere decir (vete a tomar por el culo, aquí te quedas comemierda y que te violine un pez) sigues tu camino.
Milagrosamente, tras una docena de pasos ya has olvidado al capuyo de antes y vuelves a tus asuntos... Pero sabes que en la próxima:
¡BOB APLASTARÁ!
O no... <:)
- Conocido: ¡Coño, Rober, estás más gordo!.
¿Mola el saludo, eh?. Una fórmula de cortesía putamadre, ¿que no?. En ese momento una imagen pasa por tu mente: tu cara contrayéndose, adquiriendo un tinte raro, una mueca de furia desmesurada, tu puño bajando a velocidad supersónica sobre la cabeza del capuyo este y aplastándosela (total, con lo capuyo que es no va a echar en falta nada)... Vamos, una imagen como esta...

Pero luego piensas: pobrecito, si es que no le quiere nadie y se tiene que petar al osito de peluche de su hermana para sentir que le dan algo de amor... Pones buena cara, dices algún chascarrillo que le descoloque un poco y con la fórmula de cortesía para las despedidas "bueno, me tengo que ir que tengo prisa" que, en realidad quiere decir (vete a tomar por el culo, aquí te quedas comemierda y que te violine un pez) sigues tu camino.
Milagrosamente, tras una docena de pasos ya has olvidado al capuyo de antes y vuelves a tus asuntos... Pero sabes que en la próxima:
O no... <:)
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