Thursday, October 19, 2006

TALLY-HO!!


La sirena rompe la tensa quietud en el campo de aviación. Aquel que estaba, hace un instante, tumbado en la hierba con la gorra tapándole los ojos está, ahora, corriendo como alma que lleva el diablo hacia su caza. Todos corremos al unísono. Los operarios ya nos están esperando cerca del avión con la mochila del paracaídas en las manos. No hay tiempo para abrocharlo. Me meto en la cabina y hago de forma rápida e instintiva el protocolo de comprobación de los sistemas antes del despegue. Todo está bien. Enciendo el motor. El operario quita las cuñas de las ruedas y el líder da la orden de despegar.

Un parpadeo, un fugaz fundido a negro y ya estoy en el aire, en medio de un mar de nubes. Alrededor puedo observar al resto del escuadrón siguiendo al líder. El radar indicaba que la incursión entraría por aquí. Bombarderos y cazas de escolta. Un centelleo a mi izquierda. Podría ser… ¡Lo es!. Por la radio le doy el aviso al líder de escuadrón. Los hunos se encuentran a nuestras tres, abajo. El líder distribuye las escuadras entre los aviones de escolta y los bombarderos. Tiro de la palanca y los mandos de mi Spitfire responden al instante. Noto cómo las fuerzas de la gravedad actúan sobre mi cuerpo. Con una breve plegaria me abalanzo hacia mi objetivo. Un Junkers Ju 88. Cuando el bombardero enemigo llena mi visor presiono el botón y noto el tableteo de las ametralladoras. Las trazadoras impactan en el fuselaje del avión. El motor izquierdo comienza a echar humo y puedo observar fugazmente impactos en la parte de la cabina antes de pasar a su lado y romper hacia la izquierda para esquivar el fuego de las ametralladoras defensivas. Por el rabillo del ojo puedo ver cómo el enemigo se escora hacia el ala dañada y comienza a caer hacia tierra. Un paracaídas, que me recuerda a un champiñón aéreo, se abre poco después.

Otro parpadeo y me encuentro esquivando los disparos de un Bf-109 que está a mi cola. Maniobro mi avión para no ofrecer un blanco fácil a mi enemigo. Con un giro violento hacia mi izquierda consigo hacerle perder el objetivo. Otro giro y ya me encuentro a su cola. Ahora soy yo el cazador y él la presa. Intenta escapar haciendo giros bruscos pero yo esto detrás suyo como pegado a él con cola. No disparo, he de asegurar el tiro… El caza enemigo llena mi visor… ¡Ahora!. Presiono el botón de disparo, el traqueteo de las ametralladoras disparando su carga mortal, los impactos que recorren el fuselaje hacen saltar pedazos de su estructura. El caza enemigo desaparece dentro de una bola de fuego al estallar su depósito de combustible. Mala suerte para él. Quizá me toque mañana.

Otro parpadeo y estoy saliendo de la ducha. Me miro al espejo y me termino de asear. Todavía puedo oler esa mezcla de combustible, pólvora y cuero del avión. Termino de vestirme, cojo la mochila, las llaves del coche y me encamino al trabajo… Otro día más.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Me permito el lujo de hacerte una recomendación: escuchate con atención (y a poder ser con la letra delante) la canción Aces High de Iron Maiden, y ya que te pones, Tailgunner y Where Eagles Dare (basada en la peli homónima de Clint Eastwood), inspiradas todas por la aviación inglesa de la WWII.

El principio de tu relato me ha recordado mucho a Aces High.

5:21 AM  

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