Thursday, March 01, 2007

...


- Hola, ¿cariño qué tal estás?
- Hola, amor. Estoy bien. Ya lo sabes.
- Han pasado dos horas y parece que han sido dos años de lo que te he echado de menos, mi vida.
- A mi también se me ha hecho eterna esta espera aunque ya sabes que soy bastante mala con esto del transcurrir de las horas. ¿Qué tal el día?
- Bien… A veces me pregunto porqué lo hiciste…
- Sabes que no me gusta que saques ese tema a relucir.
- Lo se, pero esa duda me asalta como un ladrón escondido en las sombras. Sin previo aviso, sin pedir permiso.
- Tenía problemas, lo sabes bien…
- ¿Por qué no acudiste a mi?¿A caso no tenías confianza conmigo?.
- No estaba preparada. Nunca estuve preparada, tenía miedo de acudir a ti…
- No me pongas excusas tontas… ¿Sabes que me has dejado solo?¿Sabes lo que es estar en esta cama, fría como la losa de una tumba, cada noche?¿Sentir tu lado vacío, frío, impenetrable, como si hubiera una alambrada levantada que me impidiera ocuparlo?
- Lo se, tesoro. Cada vez que nos vemos no haces más que pedir explicaciones y yo no se qué decirte. Nunca sabré qué decirte.
- ¿Por qué no me dejaste ir contigo? Habríamos sido muy felices. Estoy seguro de ello.
- Sabes bien que no habría sido posible. Era un viaje sólo de ida, para una sola persona y tú no estabas invitado.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Me tengo que ir, amor. Es hora de irme a mi rincón…
- No te vayas sin responderme, por favor. No hagas como siempre. No me dejes con esta duda que me reconcome por dentro. Este vacío que no me deja respirar.
- Lo siento, tesoro. Sabes que no podré llenar ese vacío. Sabes que tendrás que llenarlo con alguna otra cosa o persona. Sabes que nunca te podré responder. Lo que si te puedo asegurar es que siempre apareceré cuando me reclames. Me verás en la marquesina que está cerca de casa mientras esperas el autobús. En el escaparate de la tienda de deportes. En la superficie del café que tomas antes de entrar a trabajar… Esto si que te lo puedo asegurar. Esto sí que te puedo explicar porqué sucede. Esto te lo puedes explicar a ti mismo, tesoro… Adiós.
- No te vayas, por favor. Quédate un poco más conmigo. Ocupa tu sitio en la cama esta noche. No dejes que me sienta tan solo, tan desvalido como un niño perdido, sin su madre. Acompáñame en esas horas lentas frente a tu foto. Rellena el vestido de noche que tan bien te queda y que tanto me gusta. Agárrame de la mano mientras camino por el parque de vuelta a casa. Písame mientras bailamos una lenta… como siempre hacías…
- No puedo…Créeme que no puedo.
- No puedes… No puedes.¿Cuándo te volveré a ver?.
- Sabes bien cuándo me volverás a ver, tesoro. Siempre lo sabes.
- Está bien. Está bien. Un beso cariño. Cuídate bien.
- Sabes que aquí estoy bien. Un beso tesoro. Sabes que tienes mi amor.
- Lo se, lo se. Tengo tu amor pero no tu compañía… ¡Y me hace tanta falta!
- Adios…
- Adios.